El Vákner es una bestia salvaje, con una presencia tan fugaz y enigmática como peligrosa y dañina, que vivía en las montañas que separaban la meseta de Xallas y la costa de Fisterra. En las tierras que se alzan en el Camino Xacobeo desde Santiago de Compostela hasta el fin del mundo de los antiguos.

El obispo armenio, Mártir de Arzendján, hizo una peregrinación desde el monasterio de San Ciriaco de Norkiegh (Península de Anatolia, actual Turquía) donde residía en Fisterra. Fue él quien registró la presencia de los Vákner en las tierras de Dumbría.

Todo comenzó el 29 de octubre de 1489, cuando el obispo mártir comenzó su peregrinación por gran parte del mundo conocido y no terminaría hasta 1496. Su viaje lo llevó a través de Constantinopla, Venecia, Ancona, Roma, Constanza, Basilea, Frankfurt, Friburgo, Estrasburgo, Colonia, Espira, Aquisgrán, Besaçon, Flandes, Normandía, París, Étampes, Tours Poitiers, Bayona, Donostia, Portugalete, Santander, Santillana del Mar, San Vicente de la Barquera, Oviedo y Betanzos, desde donde llegó a Santiago desde Compostela y, después de permanecer allí durante 84 días, hasta Cabo Fisterra.